Esta postura tiene efecto directo sobre las glándulas tiroides y paratiroides, situadas en la región del cuello, ya que por la acción del firme bloqueo de la barbilla éstas ven aumentada la aportación de sangre. Por otra parte, dado que el cuerpo se halla en posición invertida, la sangre venosa afluye al corazón sin esfuerzo alguno por la fuerza de gravedad.